CONSIDERACIONES…….
“Os advierto Sancho, que la vuestra ínsula de Barataria es de bastante imaginar, más no es de real existencia ni ha de ser per saecula saeculorum”
La Ciudad del Béisbol de Benamejí no es Barataria ni tampoco es necesario imaginarla. Resulta ser un emotivo lugar de encuentro, para el disfrute del ocio y del deporte ubicado en una localidad, real, agradable y gratamente acogedora.
Así lo hemos podido comprobar durante estas dos últimas ediciones coperas celebradas en sus instalaciones deportivas en las que ha sobresalido, tanto la excelencia de su entramado organizativo, como sobre todo, el atento, amable y considerado trato dispensado por todos y cada uno de los miembros de su estructura, que debería proporciona una sana envidia a cualquier otra organización deportiva.
Se ha notado y percibido la absoluta e insuperable disposición del Club Béisbol Benamejí, anfitrión del evento, así como del inestimable apoyo de la institución municipal que ha dado como resultado, una vez más, que la organización de la segunda competición más importante del béisbol estatal, haya sido todo un éxito.
Sería injusto reseñar reproche alguno.
Desde luego, son ciertas y reales las bondades referidas, aunque existen algunas cuestiones relevantes que también resultan necesarias poner en valor.
Sin menosprecio de la calidad y del perfecto estado de su diamante, hay que tener en cuenta determinados aspectos técnicos estructurales, con influencia en la seguridad de los deportistas como son los obstáculos, protegidos o no, existentes dentro del terreno de juego, sin olvidar las dimensiones del mismo, innegable hecho corroborado por el amplio número de cuadrangulares bateados en todos los juegos, como acciones propias de partidos de alto nivel técnico.
Y es a partir de aquí, donde sí que procede realizar, al menos algunas reflexiones que deberían ser tenidas en cuenta, en general y sobre todo, por parte del máximo órgano rector de nuestro deporte que, una vez más, se ha encogido de hombros y colocado de perfil, delegando en el hacer de terceros, y sin rechistar, la organización de esta más que importante y relevante competición, sin ni siquiera considerar otras opciones o alternativas.
Opciones y alternativas que podrían y deberían ser objeto de la atención de la RFEBS, con el objetivo único de optimizar la oferta benamejicense u otra y que inevitablemente, nos obligan a realizar ciertas consideraciones, como por ejemplo que:
Benamejí se encuentra situada a 90 km de distancia de Córdoba capital, a casi 1000 km de Barcelona, 840 de Bilbao, 825 de Pamplona, 750 de Zaragoza y a 580 de Valencia, sin olvidar que el aeropuerto más cercano se encuentra ubicado a 84 km del pueblo y en la provincia de Málaga.
¿Por qué la referencia a la distancia kilométrica entre Benamejí y estas localidades? Sencillamente porque son aquellas en las que residen, hoy por hoy, los equipos susceptibles de participar en el campeonato copero.
Y como hablamos de consideraciones, deberemos hablar también de sugerencias, que al parecer es la única alternativa que disponen los clubes, más allá de presentarlas en la Asamblea General anual que, como siempre, caen en saco roto.
Veamos tan solo, una de esas alternativas.
Madrid dispone de un histórico y magnífico estadio, renovado recientemente, cuya estructura e instalaciones reúnen sobradamente las condiciones mínimas para la celebración, con absoluta solvencia, de un evento como el que nos venimos refiriendo, a lo que hay que añadir el importante dato de que las distancias entre las cinco localidades citadas y Madrid, quedarían reducidas prácticamente a la mitad, en casi todos los casos, favoreciendo incluso el desplazamiento por vía aérea del representante canario.
La opción de intentar reducir distancias kilométricas, no está sustentada en un mero capricho, sino basada en un elemental criterio de salud y seguridad personal, reduciendo por ello y por tanto, el riesgo en los desplazamientos por carretera, pudiendo considerar la posibilidad de desplazamientos con la permuta del transporte privado, por el público, como pueden ser el avión, los autobuses de línea regular, el ferrocarril convencional e incluso el AVE, como el que se dispone en tres de las provincias citadas.
Por todo ello y bastante más, el estadio madrileño de LA ELIPA pudiera ser, como punto neurálgico, el diamante ideal para convertirse en sede permanente de la competición copera.
Pero claro, las gestiones a realizar requieren mucho mimo, bastante dedicación, trabajo, esfuerzo y sacrificio y al parecer y por lo visto, resulta mucho más sencillo, esperar a que lluevan las ofertas y si es posible, que éstas sean a coste cero.
Por ese motivo, en los dos últimos años, solamente ha llegado una, la de Córdoba.
Pero retrocedamos a Benamejí por un momento, o por varios, y por continuar con el fundamental aspecto de la salud de los deportistas inmersos en una competición en régimen de concentración, sin olvidar la más que probable necesidad de asistencia médica urgente y cercana.
Es notorio, a la vez que insalvable, el grave problema que esta localidad padece en lo referido a la escasa y precaria oferta de plazas hoteleras, que originan un grave problema para el descanso necesario, antes y después de la disputa de largos encuentros como son los de nuestro deporte, máxime si se trata, como en el caso que nos ocupa, de una competición de alto nivel que presenta una mayor exigencia.
Una oferta que no cubre suficientemente, ni de manera adecuada, la necesidad de alojamiento para las cuatro numerosas delegaciones de los equipos participantes y a las que hay que añadir la de los miembros que integran el equipo arbitral y de anotación, así como la de los de la representación oficial y probables invitados de honor.
Prácticamente cualquier capital de provincia, proporciona mayores posibilidades de alojamiento que las que se han dispuesto en estas dos últimas ediciones coperas, sin la necesidad de tener que recurrir a bungalós de campings cercanos
Pero todo lo que hasta ahora se detalla, puede parecer un reproche a la localidad cordobesa, a sus gentes, o al club anfitrión, antes al contrario. Y quienes deseen utilizar ese argumento, deben dirigirlo en todo caso, a los creadores de ese seudónimo impuesto y no consensuado, empecinadamente denominado SBL – amateur-, que pretende emular a la MLB –profesional-.
Es de Perogrullo resaltar que tanto el mensaje cuanto más el contenido de estas siglas presentan, hoy por hoy, una diametral distancia entre sí.
Una Spanish Baseball League, que se olvida del carácter amateur de la misma, como olvida lo inapropiado que resulta desarrollar una competición deportiva en unas fechas y en una ubicación geográfica, en las que las altísimas e insoportables temperaturas, inciden gravemente y con carácter de alta peligrosidad para la salud física y hasta mental, de las personas.
Precisamente por ese motivo, en ese lugar y fechas, la actividad laboral está obligatoriamente regulada por ley de rango superior ineludible y en determinado horario, prohibida.
La misma SBL que también olvida y no tiene en cuenta el citado amateurismo de los clubes que la componen y que se ven obligados a competir durante una larga temporada, con un altísimo coste económico y afrontando además, las dificultades de una problemática laboral que afecta al rendimiento de los equipos y por tanto a la calidad de la propia competición.
Son los mismos responsables de esas siglas, los que también olvidan que evolucionar no significa introducir cambios y modificaciones caprichosas en los calendarios, con la cuestionable motivación de rellenar el mayor espacio-tiempo con mucha más actividad pelotera.
Es el mismo organismo federativo el responsable de poner palos en las ruedas para la creación de la insistentemente reclamada “Bolsa Arbitral”, que relajaría en gran medida la precaria economía de los clubes, que son quienes soportan estoicamente su elevado coste y en muchos casos también y por ello, la arbitrariedad de muchas de las designaciones arbitrales.
Unas designaciones supeditadas exclusivamente a una cuestión pecuniaria, que obligan también a los colegiados a verse recluidos en sus respetivas comunidades, trabajando casi siempre en los mismos diamantes y viendo coartadas sus posibilidades de mayor y mejor rodaje profesional, así como creando inoportunas suspicacias que en numerosas ocasiones revolotean a su alrededor.
Y si de señores colegiados hablamos, resulta inaceptable que en un obstinado y estéril intento de emular, sin conseguirlo, a otras ligas profesionales, aquellos que se colocan de perfil en tantas ocasiones, en ésta, en la más importante competición estatal por concentración, optan por escatimar presupuesto con la decisión de designar tan solo a tres oficiales, para trabajar en cuatro partidos durante las 48 horas que dura la misma.
Pero claro, en este caso la cuestión económica es responsabilidad de la RFEBS y es ella quien debe afrontar su coste, considerando sin embargo, absolutamente baladí, el hecho de que durante toda la temporada, son los clubes quienes se hacen cargo de afrontar la cuestión de los dineros arbitrales.
Pero, en fin, para dar carpetazo temporal a este capítulo de “consideraciones” referidas, únicamente, a la celebración de este importantísimo tornero oficial de béisbol que daría para rellenar muchas páginas, ésta, que es parte pero que no se especializa precisamente en la crítica por la crítica, finaliza las alusiones incómodas pero ciertas, haciendo referencia a otra básica cuestión que también han descuidado con notoriedad los responsables federativos y es la que apunta a la promoción publicitaria de la Copa.
Nos atrevemos a indicar que prácticamente ningún medio de comunicación de ámbito generalista, ni siquiera los especializados, tanto en prensa como en radio y/o televisión, se han hecho eco de la difusión del evento.
Del mismo modo que hicieron los medios técnicos propios, que no habían publicado hasta un puñado de horas previas al comienzo del torneo, que los encuentros iban a ser retransmitidos vía streaming. Solo los avezados y fanáticos detectives amantes del beisbol estatal, descubrieron a través de la web de la WBSC (más tarde publicada por la Rfebs) que el desarrollo de la competición copera, iba a poder ser visualizada a través de este medio.
Y se visualizó, para disfrute y regocijo de nativos y foráneos, como no debía de ser de otra manera.
Con la grata sorpresa de escuchar la voz del veterano y espléndido narrador de pelota caribeña, Modesto Agüero, (suponemos que en este caso con carácter de voluntariado y no de profesional) y que de no ser por las imágenes que se visualizaban, transportaba con la mente y la ilusión hasta la pelota de la mayor de las Antillas. El mismo que ya desde el comienzo de la retransmisión de la segunda semifinal, inclinaba su apuesta por uno de los contendientes, actitud impropia, por otra parte, de una voz autorizada, sí, pero no con un origen de narrativa oficialmente imparcial.
Aun así, un maestro del micrófono deportivo como él, amenizó adecuadamente las retransmisiones, barnizándolas con profusión de información estadística personal de todos los peloteros. Agüero sí que estuvo a la altura requerida por las circunstancias.
Finalmente y como tampoco se trata de seguir metiendo dolorosos garbanzos dentro de zapato ajeno, volteamos la página hacia la izquierda para epilogar con dos frases, correspondientes, una al mundo jurídico y otra, al del acervo popular.
“Señorías, contra estos hechos demostrados, que no especulaciones, no cabe recurso posible” y, “La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero”.
Nosotros decimos, y hemos dicho, la verdad
La Copa ha finalizado y la temporada 2023 ha bajado la persiana, aunque mucho nos tememos que los problemas, los de siempre, seguirán estando “ahí”, porque somos conscientes de que las lamias solo son seres mitológicos y cruzar los dedos no servirá para que, por arte de birlibirloque, los problemas desaparezcan o se evaporen.
Nosotros, no obstante, seguiremos confiando y sobre todo, seguiremos trabajando.
Gora SANI.