San Inazio no pudo atracar su nave en el Puerto de la Cruz. Los Marlins taponaron su bahía.
Los bilbaínos habían depositado muchas esperanzas en su enfrentamiento con los canarios, aunque de antemano sabían que iba a ser una singladura harto difícil, aunque nunca pensaron que iba a ser imposible.
¿Mala suerte? Por supuesto que mala suerte. Nefasta. Tremendo infortunio.
SANI no obtuvo ninguna victoria, ni consiguió que sus pocos batazos fueran efectivos. Ni siquiera los jonrones que batearon resultaron suficientemente productivos.
Esta vez el factor suerte no apareció. No solo no lo tuvo de cara, sino que le dio la espalda en todo momento. Y no solo en el terreno deportivo.
Mala suerte, sí. Porque no es lógico que bateadores de la talla y calidad de los saniarras fueran frenados en seco por un equipo grande, cierto, pero no invencible.
Como tampoco es lógico que el bullpen bilbaíno no consiguiera doblegar a peloteros que, muy pocos, superan los 0.350 de average.
Todo salió mal. Todo se torció y retorció. No se tienen demasiadas buenas experiencias en ese diamante complicado, incómodo y peligroso.
Pero lo más peligroso, complicado y tremendamente doloroso, fueron las cuatro inoportunas e importantes lesiones sufridas en los dos juegos. Una de ellas, grave, acabó con un diagnóstico de rotura de peroné.
Lesiones que obligaron, inesperadamente, al mentor bilbaíno a retocar su plantel sobe la marcha y que, finalmente, fueron determinantes para los resultados de los encuentros.
¿Parece una excusa? Pues sí, lo es. Pero es una excusa justificada y suficientemente bastanteada por todos los equipos que visitan ese diamante.
Si conjugamos los malos resultados, con la desventura de cuatro lesionados en una misma jornada, no se puede aplicar ningún otro calificativo que MALA SUERTE.
Ahora bien, cerremos el capítulo de las malas suertes, de los desafortunados resultados individuales y del colectivo y centrémonos en lo que hubo de positivo.
Aníbal Medina volvió a lucir su poder con tres imparables, sacando uno de ellos fuera y por encima de la valla, con un largo cuadrangular.
Mientras Kreisber Auciello, uno de os lesionados, bateó, otro, con vitola de grand slam, Eduardo Blanco sacudió dos pepinos imparables y José Amaury Noroña, también lesionado, escupió uno de tres bases. A la vez que Armando Dueñas, Yoel Caballero, José Abilio Ferrer, Fidel Torres y Leo Correa, también castigado por lesión, sacudieron misiles sencillos, pero incogibles.
Esta vez, Frederman López, el gravemente perjudicado por la terrible lesión, no tuvo la oportunidad de demostrar su calidad, ni su habitual línea ofensiva.
Pero ni la liga ha terminado, ni las posibilidades han desaparecido.
San Inazio continúa ocupando la segunda plaza de su grupo y aspirando a consolidar sus opciones en las dos jornadas que aún restan de la competición regular.
Luego vendrán los cruces para la disputa de la fase finalísima de esta Liga Nacional División de Honor.
Sin embargo, este próximo fin de semana habrá parón liguero impuesto por el calendario del combinado nacional, que se traslada a la República Checa para disputar la ”Praga Baseball Week” y en la que estarán presentes varios de los peloteros que configuran la novena de San Inazio Bilbao Bizkaia.
Esperamos que, al margen de su buen trabajo y resultados personales, todos regresen sanos y salvos.
Mientras tanto, confiemos en la pronta y necesaria recuperación de los castigados por las lesiones.
Ahora más que nuca, SANI necesita toda la suerte del mundo.
1º PARTIDO – BOX SCORE
2º PARTIDO – BOX SCORE
ESTADISTICAS ACUMULADAS 2022
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