San Inazio disfruta ahora de unas merecidas vacaciones, luego de finalizar en tercera posición de la clasificación general de la Liga Nacional División de Honor 2022.
La llamada, e impuesta, “S B L” o Spanish Baseball league.
Pero los saniarras continuan aún, vestidos con el uniforme y con la mirada y la ilusión puesta en la disputa, de obligado cumplimiento, del campeonato copero, a celebrarse a finales de este mes.
Mientras que a comienzos de año y entre las bambalinas organizativas, los representantes de algunos clubes especulaban con la posibilidad de rechazar un proyecto de calendario para una competición excesívamente larga y onerosa, en el escenario oficial, llamado Asamblea General, se decidía su aprobación definitva, incluyendo además en ese proyecto, la segunda competición más importante: la COPA 2022.
Es sabido que en toda competición deportiva estatal, profesional o no, pero dependiente del Consejo Superior de Deportes, la celebración de la citada Copa del Rey, tiene carácter obligatorio y que su disputa, reglada por los organismos superiores correspondientes, queda sujeta a su aprobación por la citada asamblea general.
Lo que al parecer, y por sabido, es aún más grave, no se ha tenido en cuenta, es el hecho de que su celebración, que hasta ahora había quedada intercalada en los diferentes fines de semana de descanso de la Liga, esta temporada se debía clebrar ¡en el calurosísimo mes de agosto!. Y lo que es peor aún, en la preciosa Sucursal de la Caldera de San Pedro: la maravillosa ciudad de Córdoba.
Cuando todos los clubes ya tenían cerrado su presupuesto económico para el comienzo de la temporada 2022, no conocían sin embargo que la dilación de la misma, iba a alcanzar ese mes citado. Ni sabían tampoco que el desarrollo de la competición copera, se iba a llevar a cabo en en la citada ciudad andaluza.
No existe absolutamente ningún prejuicio ni objección apriorística contra la “CIUDAD DEL BEISBOL DE BENAMEJÍ”, que al parecer cuenta con unas excelentes instalaciones para la práctica y disfrute de nuestro deporte.
Pero si hablamos objecciones, o consideraciones importantes, es preciso señalar, al menos un par de ellas. O más.
La primera, que el béisbol es un deporte amateur y sus practicantes, obviamente, también lo son. Que los deportistas, trabajadores empleados, están sujetos a disponibilidad vacacional, que en la mayoría de los casos, ya han consumido para afrontar la competición liguera.
Que el mes de agosto, lejano de la liga citada, es un mes, en general, excesívamente tórrido para la práctica y disputa de partidos oficiales amateres y que la bella ciudad cordobesa puede proporcionar en esas fechas, serios problemas de salud. O no.
Dejando al margen, pero sin olvidarlo, el importante aspecto econónico que supone alargar en demasía una competición oficial y de obligación para los equipos clasificados, también es necesario poner atención en el hecho de que a día de hoy, la RFEBS, aún no ha confirmado la estructura organizativa para, por ejemplo, el alojamiento de los deportistas que precisan, obviamente, un descanso, físico y psiquico, adecuado para afrontar una competición de más de una jornada.
Como también se desconoce el procedimiento alimenticio, o el sanitario en caso de necesidad, teniendo en cuenta que el aislado Benamejí, se encuentra a una hora de distancia del centro de la ciudad de Córdoba.
Ahora bien, luego de expuestas ese “par de consideraciones, o más”, es preciso señalar que, a pesar de que San Inazio se ha enfrentado al calendario liguero con bastantes trancas y algunas barrancas, ahora y manteniendo su espíritu deportivo y competidor, y fiel a su tradicional estilo de compromiso con las normas que de atemano acepta, también acepta arrostrar con dignidad este último tramo de competición oficial.
No importa tanto las condiciones estructurales, ni la precariedad económica, ni tan siquiera el estado y calidad de su diezmada plantilla, lo que verdaderamente importa es que el Club, cuasi septuagenario, va a cumplir, como siempre, con sus compromisos adquiridos.
Para ello sigue con los entrenos.
Y seguirá en la lucha. Porque la historia continúa.
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