Sábado 30 de julio, 18:00h. Comienza el primero de los tres juegos valedero para la disputa de la gran final de la Liga Nacional División de Honor 2022.
Duelo de titanes. Dos de las cuatro mejores novenas del campeonato, se enfrentan para dilucidar quién es el mejor de los tres encuentros.
San Inazio sube al montículo a su abridor que más partidos ha ganado. De la zurda de Elio Silva, salen disparados auténticos misiles, algunos rectos y otros muchos con trampa. A los bates valencianos les resulta muy difícil conectar sus lanzamientos Tampoco los maderos celestes lo tienen fácil y cuando lo consiguen, la avezada defensa arrocera desvirtúa sus pretensiones. San Inazio hace lo propio y cierra sus murallas. Sin fallos, sin errores, con seguridad, con contundencia. Juego apretado.
La osadía del jardinero izquierdo, Daniel González le lleva a abrir una importante brecha, conectando un tremendo batazo que le lleva a apropiarse de la 2ª almohadilla. Da la impresión de que por fín los celestes han encontrado el camino. Pero tienen que sucederse muchos pitcheos, algunos ponches, numerosos fildeos oportunos valencianistas, muchos batazos sin producción… Hasta que a Jose Amaury Noroña se le ocurre chocar una bola, aquella que llevaba impresa una etiqueta de “jonrón”, y la escupe más allá de los límites cogibles.
Se conseguía así la segunda y definitica carrera hasta llegar a la 9ª entrada. El marcador indicaba 2 x 1 a favor de los celestes. Royd Hernández que habia refrescado a Silva, dominaba desde el montículo y tan solo debía eliminar a un bateador para terminar el juego. A fé que estaba realizando un excelente trabajo, controlando a los bateadores naranjas, que desesperados e impotentes no conseguían chocarle la pelota y anulaba cualquier intento de producción.
Parte finalísima de la 9ª y enfrente tiene a un Edison Valerio que había paseado torpeza durante el partido. Valerio miraba a un compañero que había logrado colarse en bases y que ni siquiera estaba en disposición de anotar. Dos eliminados.
Pero Edison, igual que su tocayo el inventor, se inventó un swing tremendo que chocaba y reventaba la bola y emulando también a Noroña, la voló y muy volada, atravesando el campo por encima de la valla y acabando así, con las ilusiones de un SANI controlado, controlador, seguro, fiable y ganador hasta ese momento.
Ahí terminó el juego. Ahí acabaron las ilusiones bilbaínas. Ese fue el momento en que los del botxo se vieron obligados a devolver el caramelo que ya estaban saboreando y colocar en los labios valencianistas las mieles de su triunfo.
Atrás quedaban el vuelacercas de Noroña, los dos imparables de Anibal Medina, el misil y la carrera impulsada por Eduardo Blanco, en el 4º inning, el batazo de dos bases de Daniel González y los pepinazos de Jose Abilio Ferrer, de Leo Correa y de Yoel Caballero.
Triste final para un partido tremendamente bien trabajado, lucido y de gran calidad. Pero…claro, San Inazio tenía enfrente a los Astros valencianos que también saben pelotear. Y bien por cierto.
La novena naranja le arrebataba el encuentro con un resultado final de 3 x 2.
Ese odioso e inoportuno batazo, esa impertinente carrera en los minutos finales, impedía a los del botxo ganar el primer juego que hubiera supuesto, al derrotar en el segundo por un contundete resultado de 7 x 3, volver a Bilbao con el boleto de finalista en sus manos.
A las 10h o´clock, de la mañana de ayer domingo, daba comienzo el segundo juego.
Kepa Pocero había dibujado una estructura defensiva “de circunstancias”, obligado por las ausencias importantes de varios de sus titulares. Así, hubo de “recolocar” prácticamente todo el cuadro, tanto la receptoría, como la 1ª base, la 3ª y el shortstop, excepto la 2ª almohadilla, que Aníbal Medina se había adjuducado en propiedad durante toda la temporada.
El rector saniarra, volvió a encomendar la apertura del juego a Royd Hernández y encargó a Leo Correa la misión de abrir el melón. Y lo abrió. Bateó su cuadrangular en la primera oportunidad, llevándose por delante a un compñaero y encarriló el partido.
Hernández tuvo la oportunidad de organizar su venganza y el SANI de llevarse una victoria más que merecida, luego de haber visto cómo, en un abrir y cerrar de ojos, se le arrebataba la de la tarde anterior.
San Inazio Bilbao Bizkaia vencía a Valencia Astros, por 7 carreras a 3, en un nuevo y brillante partido.
Llegaba así el tercer y decisivo juego, que definitivamente definiría al campeón de la serie.
Tal y como lamentaba Pocero, Astros contaba con un bullpen más amplio y fresco. Campaba en su diamante, sin viajes, sin madrugones, con menor presión…y se llevó la inapelable victoria que inclinaba la balanza a su favor.
Los azulones, esta vez solamente consiguieron anotar una carrera, la llamada del honor.
Con esas 10 carreras conseguidas en tres competidos encuentros, se subían al bus que los trasladaba de nuevo, de vuelta para Bilbao.
No, no tuvo historia alguna este tercer y último encuetro. Ni merece la pena desarrollarlo.
Lo que sí merece el Club, es el reconocimeitno y el aplauso por una nueva y brillante temporada deportiva en la que, de nuevo, ha puesto toda la carne en el asador, y el asador tambien, a pesar de que en la parte final de la misma, le haya faltado un poquito más de ascuas que hubieran permitido una barbacoa mucho más sabrosa. Pero no se puede ni debe negar que el resultado final y en conjunto, ha resutado con nota de sobresaliente.
San Inazio ha tenido que luchar esta temporada contra las adversidades. Muchas y en diferentes frentes, no solo en el puramente deportivo, que también. Pero los problemas a los que se ha enfrentado, quedan y deben de quedar, “de puertas para adentro”.
A pesar de ello, el Club ha conseguido, un año más, colocarse, o mejor dicho, mantenerse, a la cabeza de una desbocada carrera impuesta por un loco calendario, más propio de un deporte profesional que de cualquier otro amateur.
Si revisáramos el manual de excusas y justificaciones, se podrían encontrar muchas que encajaran con “lo sucedido”. Pero no es tiempo de unas, ni de otras. Es tiempo de hacer balance. Y en la cuenta de resultados de esta temporada, el saldo dá positivo.
Se ha contado con una plantilla confeccionada para ser un equipo ganador. Y ha ganado. Aunque también se ha perdido. Así es el deporte. Incluso aquellos equipos que van a disputar próximamente la finalísima, han perdido encuentros. Algunos, precísamente contra San Inazio.
Pero en ocasiones, el fiel de la balanza es tan sumamente sensible y delicado que un ligero soplo de aire lo desestabiliza. Igual que, si una simple y mínima partida presupuestaria no es contemplada oportunamente en los resúmenes, puede suponer un desequilibrio entre el debe y el haber.
La Liga Nacioal 2022, ha terminado.Pero a la temporada le quedan aún unas jornadas para dar carpetazo. Queda por disputar la Copa, a finales de mes, en la preciosa y tórrida Córdoba.Sea cualesquiera los resultados que se obtengan en esa competición, la temprada ha sido un éxito.
Mila esker SANI.
Deja una respuesta