Cronica de un desastre arbitral anunciado
SAN INAZIO regresa de Valencia sin victorias. Y con sensaciones agridulces. Se jugó bien y mucho. Se contuvo al líder ASTROS, pero no a los árbitros.
Ser crítico resulta bastante fácil. Lo verdaderamente difícil es ser objetivo en la crítica. Pero cuando las evidencias son tan claras y además están “grabadas” por las cámaras, solo es necesario recordarlas.
La novena bilbaína realizó contra el equipo valenciano una buena actuación, pero no tuvo suerte. Ni en el aspecto puramente deportivo, ni mucho menos con la desastrosa actuación arbitral. Los lanzadores saniarras, desquiciados, no sabían por dónde colocar sus lanzamientos para que los ampayer cantaran sus estrais. Los bateadores celestes tampoco sabían a qué lanzamiento valencianista debían batear para no ser ponchados por el árbitro de jon.
En la difícil tarea de objetivar la crítica sin que ésta tenga la apariencia de excusa interesada o injusta, es preciso resaltar que, de nuevo, los colegiados no estuvieron a la altura de la más alta competición del béisbol estatal y de una jornada de tan alto nivel competitivo. Y mucho nos tememos que no lo estarán nunca. Carecían de experiencia, les faltó rodaje, preparación, conocimientos y ética. Pero les sobró arrogancia, prepotencia y soberbia.
Suspendieron en algunos de los más elementales valores arbitrales como la ecuanimidad, el equilibrio y el respeto a la pureza del deporte y a los deportistas
Y suspendieron también al mánager bilbaíno a quien expulsaron por “reiteradas reclamaciones” (eso escribieron) que en derecho le correspondía realizar, mientras que sí permitieron al entrenador local “salir disparado” a protestar airadamente, gritando y con los brazos en alto, una decisión de apreciación, que a su juicio le perjudicaba.
Un auténtico agravio comparativo para el rector bilbaíno que, en diferentes ocasiones, con respeto y educación, se vio en la necesidad de recordar a los colegiados, los deberes que a ellos les correspondían.
Un verdadero desastre arbitral, barnizado con burdos brochazos de desconocimiento de su trabajo, amparados bajo un uniforme que les confería una autoridad que nunca supieron demostrar de una manera coherente y proporcional. Una labor arbitral que además incumplió y transgredió diferentes normas del Protocolo Sanitario de la RFEBS y del CONSEJO SUPERIOR DE DEPORTE.
Con todo ello, aunque a duras penas, la novena bilbaína supo y pudo mantener su buen nivel de juego y su saber hacer pelotero, bateando y defendiendo, luchando contra las adversidades y enfrentándose a un recio staff de picheo valencianista, en un campo hostil, con un resultado final de 14 hits a favor y, de nuevo, un solo error en defensa en los dos partidos.
No fue tarea fácil, pero de nuevo SAN INAZIO en su labor ofensiva, obsequió al líder con tres jonrones y los lanzadores bilbaínos hicieron lo imposible para sacrificar por la vía del ponche a 12 bateadores valencianistas.
Leo Correa con cuatro imparables, uno de ellos vuelacercas, doble y dos sencillos, con una impulsada, y el novedoso receptor, Luis Delogu, que consiguió un jonrón en cada partido, más dos sencillos y tres impulsadas, y Morales con dos sencillos, fueron los más destacados con el leño en sus manos, a los que se sumó Kreisber Auciello, con un tremendo batazo de tres bases que impulsó dos carreras.
Tal vez sea prudente quedarse con que el SANI es, hasta ahora, el equipo menos vapuleado por el actual líder de la clasificación.
Los resultados de los dos juegos fueron 7×3 y 9×3 para los arroceros del Turia.
1º PARTIDO – BOX SCORE
2º PARTIDO – BOX SCORE
ESTADISTICAS ACUMULADAS 2021
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